jueves, 26 de diciembre de 2013

El Nenuco Pesadilla

En mi familia nos dividimos los regalos de los niños, son 5 y regalar todos a todos sería comprar muchos regalos a un niño y gastar mucho dinero, que no sobra precisamente.
Así que yo todos los años me encargo del regalo de mi ahijada.
Este año tras varias averiguaciones tipo: ¿Y qué has pedido en tu carta a Papá Noel y a los Reyes Magos? , para acabar preguntando a mi hermana: ¿Qué la compro?, me entere de que el regalo estrella era el Nenuco, lavar y cortar. Esta apreciación de la actividad del Nenuco, es importante, porque hay que joderse la de cosas que hace un Nenuco...
Fácil, verdad?
Pues no.
Primero me empolle el catalogo de la tienda de juguetes más cercana a mi casa. Lo encontré!!. Ya estaba todo hecho, solo tenía que ir a la tienda y comprar el muñeco. Pero cuando llegue me entere de que estaba agotado.
Mi segundo paso fue empollarme el catalogo del Carrefour. De nuevo ahí estaba, en foto, porque en Carrefour no, que me recorrí dos de punta a punta, y el Nenuco comía, paseaba, meaba, compraba, vamos que de todo menos lavarse y peinarse...
Tercero, el socorrido Toysrus, si, si, en el catalogo estaba pero en las tiendas no. Agotado.
El día antes de Nochebuena, como buena madrina que soy, me fui al Alcampo de la Vaguada, ese inmenso centro comercial en el que entras pero no sales, porque es grande de narices, y nunca llegas a la puerta por la que has entrado y por lo que no te atreves a bajar al parking, porque sabes que no encontrarás el coche. Y cual fue mi horror al comprobar que una vez más estaba agotado.
Mi regalo estrella de pronto era mi peor pesadilla.
Descubrí entre los pasillos interminables de la Vaguada una tienda Poly, mi última esperanza. Entre con el corazón en un puño, empecé a sudar frio, y a sentir un hormigueo raro en als manos. Me dirigí a paso firme a la sección Nenuco y no estaba, NO ESTABA.
Ya desesperada, pensando que la ilusión de mi niña por tener al "puto nenuco", apelativo con el que empezaba  a referirme mentalmente a él, se iba a romper. Cuando me di la vuelta, y ahí en el suelo, estaba el último ejemplar del lavar y peinar, mal colocado.
Nunca en mi vida he sentido una emoción así, parecía que salían rayos del Nenuco, y había música a mi alrededor, de esa de peli mala en la te toca un premio.
No me lo podía creer.
Comprar un regalo de navidad, por fácil que parezca al principio puede ser una verdadera pesadilla.
Creo que sin duda en mis 35 años, este ha sido el regalo más difícil de mi vida.
¿Si mereció la pena la búsqueda? Pues si, mi peque estaba super feliz.

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